EUROPA
PRESS
1 diciembre
2020
El
problema de la "ciencia exprés" en esta pandemia
La "ciencia exprés" es otro
de los problemas que está conllevando esta pandemia y que se justifica en que
actualmente hay más de 70.000 artículos sobre la COVID-19 y el SARS-CoV-2,
"entre los que hay basura que incluso genera bulos y fake
news".
Así lo lamenta en una entrevista con Infosalus
el doctor en Biología y catedrático de Microbiología de la Universidad de
Navarra, Ignacio López-Goñi, que acaba de publicar 'Preparados para la próxima
pandemia' (Destino), un manual con 'Reflexiones sobre la Ciencia' de lo que
esta pandemia está suponiendo y supondrá para nuestro planeta.
Según defiende, "la prisa no es buena consejera"
y, aunque la gravedad de la situación ha requerido de respuestas rápidas, en
pocos meses han sido miles los artículos que se han publicado sobre el virus y
la enfermedad, fruto del "enorme esfuerzo" que se ha hecho en un
tiempo récord.
En opinión de este investigador, cuya carrera ha estado
centrada en estudios sobre virulencia bacteriana y el desarrollo de nuevas
vacunas, se ha generado tal cantidad de información y va a tal velocidad el
volumen de publicaciones que gran parte se han saltado el sistema clásico de
revisión por pares, "en el que una vez pre-publicado
otros científicos lo revisan, te hacen comentarios, y aunque no sea perfecto,
por lo menos ha funcionado y aseguras que lo publicado pasa un filtro".
"Como ha sido una situación de emergencia, ese filtro
se ha retrasado y hemos tenido 'pre prints' o
prepublicaciones (versión previa a la publicación científica) que incluso han
llegado a la prensa con resultados erróneos y sin ser revisados. Esto también
ha puesto de manifiesto que hay que reflexionar sobre el sistema de
publicaciones científicas", señala.
En concreto, cita en el libro que se calcula que en los
primeros meses de 2020 el número de este tipo de "publicaciones
científicas de urgencia" sin revisar se ha multiplicado casi por 100
respecto del año anterior, siendo algunos de esos artículos opiniones o simples
recomendaciones.
Es más, López-Goñi subraya que en este tiempo se han
publicado artículos científicos de baja calidad, pero de gran repercusión
mediática, mientras que otros han sido interpretados fuera de contexto o
incluso de forma errónea por personal no especializado. "También en
ocasiones se han tomado como hechos científicos demostrados los resultados
publicados de esta forma", añade.
Con ello, el también divulgador científico alerta de que la
COVID-19 ha sido una "tormenta perfecta" para difundir tanto
informaciones erróneas como noticias deliberadamente falsas o bulos: "Ya
en 2018 la revista 'Science' publicó un trabajo sobre
la difusión de noticias en las redes sociales y constató que las noticias
falsas se retuitearon un 70% más que las que son ciertas. Las noticias falsas
se difunden mucho más rápido y llegan a más personas que las verdaderas".
Comenta también que en uno de los primeros estudios que se
hicieron en España sobre la tipología de los bulos durante los tres meses de
confinamiento constató que más de un tercio de las noticias falsas que se
habían generado en relación con la pandemia tenían que ver con temas de ciencia
y de salud.
Según indica el catedrático de la Universidad de Navarra, la
mayor parte de estos bulos estaban relacionados con falsas interpretaciones
sobre el origen y la letalidad del virus, su permanencia en el ambiente,
tratamientos, vacunas o recomendaciones tan absurdas para combatirlo como hacer
gárgaras, seguir determinadas dietas, beber vino o hipoclorito o tomar remedios
homeopáticos.
A su juicio, el tema de la investigación sobre el origen del
coronavirus ha sido uno de los que más bulos ha generado,
en parte por falsas interpretaciones de resultados preliminares que se estaban
obteniendo. "Otro de los primeros artículos sobre el origen del
coronavirus lo relacionaron con las serpientes. Según estos autores, lo mas similar al genoma del SARS-CoV-2 eran los hallados en
dos serpientes que se vendían en los mercados de animales vivos en China. Sin
embargo, pocos días después se publicaba otro trabajo en el que revisaban los
resultados y, empleando otros métodos, no llegaban a la misma conclusión",
resalta.
Por todo ello, López-Goñi recuerda que nunca hemos tenido
tanto conocimiento científico, ni tanta capacidad técnica para enfrentarnos a
una pandemia como hasta ahora: "La Ciencia necesita reposos, tiempo,
repetir experimentos, que otros confirmen los mismos resultados, que nos
evaluemos unos y otros. El quehacer científico a veces no es compatible con la
inmediatez de la noticia", mantiene.
¿Aprenderemos algo de esta pandemia?
Finalmente, el doctor en Biología y catedrático de
Microbiología duda de que aprendamos algo de esta pandemia, aunque espera que
se refuerce la convicción de que la Ciencia y el conocimiento son importantes
para el progreso de la sociedad, en muchos casos denostada por el
"estrangulamiento" de nuestros políticos.
Según señala, este virus va a producir un mayor
desequilibrio mundial que "la Guerra del golfo, el accidente de las Torres
gemelas, o la crisis del petróleo", y nuestro mundo saldrá más debilitado,
con mayores diferencias sociales y más índices de pobreza. Por eso llama a
nuestros políticos a reflexionar sobre el hecho de que la crispación "no
sirve ni ayuda en estos momentos", en una España que dice que va a acabar
peor que los últimos 80 años.
"Soy muy optimista con la Ciencia, pero muy pesimista
con la gestión política. En este momento, la ideología no va a vencer y la
crispación política no sirve, ni ayuda de nada; de ahí la importancia de la
cooperación", sentencia, al mismo tiempo que destaca, preguntado por si
habrá futuras pandemias, que no se sabe cuándo, "pero seguro que
habrá".